03.08.2022. A las 9 de la mañana ha comenzado la primera clase del curso. La primera parte ha estado dedicada a la conversación, en grupos de dos personas, en la que nos hemos hecho preguntas mutuamente y luego hemos tenido que presentar a nuestro compañero de conversación al resto de la clase. Después hemos dado un amplio, y siempre necesario, repaso a las reglas que nos permiten identificar, en la mayoría de los casos, el género del artículo en alemán (die, femenino; der, masculino y das, neutro).
A las dos de la tarde y con 34 grados abrasadores hemos dado una visita guiada por la partes históricas más relevantes del centro de la ciudad. Hemos realizado un interesante circuito por las calles alrededor de la catedral de Mainz, que ha incluido una visita al Museo Gutenberg.
Este museo, que lleva el nombre de uno de los hijos más notables de la ciudad, está dedicado a la historia de la escritura y de la imprenta. Johannes Gensfleisch zur Laden zum Gutenberg (más conocido por Johannes Gutenberg) fue el inventor, no de la imprenta, como se suele creer, sino de la imprenta basada en tipos móviles.
Este invento revolucionó la forma de impresión de los libros y facilito el desarrollo y la difusión de la cultura, un hecho de vital importancia para la historia de la humanidad. La guía del museo ha realizado una demostración de como se creaban los moldes de las letras y como se imprimía en una impresionante imprenta de la época. También nos ha contado que todas las imágenes de un Gutenberg barbudo son pura fantasía, como ya nos había contado nuestra prfesora, ya que no hay ningún retrato real del impresor ni eran frecuentes esas barbas en ese tiempo.
Durante la visita a la ciudad nuestra guía nos ha contado algo muy interesante sobre la rotulación de las calles en Mainz. Hay dos tipos de placas (al menos en la ciudad antigua): unas con fondo azul y otro con fondo rojo. Las azules indican que esas calles son (más o menos) paralelas al río Rin y las rojas que esas calles son perpendiculares al Rin e indican el camino hacia él. Una indicación muy práctica si te pierdes entre sus calles.
Al acabar el tour he mitigado el tremendo calor con la ayuda de un helado descomunal en la heladería Dolomiti, frente al teatro de Mainz. En la mayoría de los casos las fotografías de los catálogos y menús muestran unos productos más bonitos y de apariencia mayor de lo que son en la realidad.
En este caso, como se puede ver en la foto, no ha sido así: una montaña de frutas variadas y delicioso helado llenaba la enorme copa.